En 1958, Robert Gottlieb se vio obligado a renunciar a su ciudadanía rumana para emigrar a Israel. 50 años después, su hija Yaela (re) construye esa ruta, pero la historia de su padre no coincide con los lugares fantasmagóricos de su pasado.
En 1958, Robert Gottlieb se vio obligado a renunciar a su ciudadanía rumana para emigrar a Israel. 50 años después, su hija Yaela (re) construye esa ruta, pero la historia de su padre no coincide con los lugares fantasmagóricos de su pasado.