Aya vive con su madre en la isla de Lahou, en la Costa de Marfil. Alegre y despreocupada, disfruta recogiendo cocos y durmiendo en la arena. Sin embargo, su paraíso está condenado a desaparecer bajo el agua. Mientras las olas amenazan su casa, Aya toma una decisión: el nivel del mar puede subir, ella no dejará su isla.